Turbos
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Porsche prepara versión turbocompresor VTG para motores gasolina
Madrid, 14 nov (EFE).- Porsche desarrolla el primer turbocompresor de geometría variable (VTG) para motor de gasolina, un paso más en desarrollo de esta tecnología en Porsche, desde que en 1974, la firma presentara en el Salón de París el Porsche 911 Turbo.
La firma de Stuttgart ha conseguido resolver, en colaboración con la compañía Borg Warner Turbo Systems, los problemas de resistencia a las elevadas temperaturas que se presentan en los motores de gasolina, con el uso de materiales procedentes de la tecnología aeronáutica.
El sistema VTG se caracteriza por la utilización de un plato en el que van montados unas palas móviles que pueden ser orientados a un ángulo determinado mediante un mecanismo de palancas.
La turbo alimentación, que aprovecha la salida de gases de escape para incrementar la potencia, lo patentó hace cien años, el 16 de noviembre de 1905, un ingeniero suizo llamado Alfred Büchi, y la primera aplicación se hizo en grandes motores de barcos.
En un principio, Porsche estudió utilizar un turbocompresor para potenciar el motor en un Gran Turismo (GT), que se derivase de los modelos de competición.
Finalmente, en 1974, la firma presentó el Porsche 911 Turbo, su primera gran serie de automóviles que contaba con un turbocompresor para potenciar el motor.
Aquella primera serie del 911 Turbo tenía un motor de 3.0 litros que alcanzaba una velocidad punta de 250 kilómetros por hora (Km/h), y disponía de unos discos de freno auto-ventilados y pinzas de aluminio para dominar la frenada, derivado del Porsche Carrera RS 3.0.
Desde entonces se han presentado diversas versiones del 911 Turbo, que en tres décadas ha ganado 450 kilogramos, ha aumentado su velocidad punta en más de 50 kilómetros por hora, y prácticamente ha doblado su potencia.
En estos años, los turbocompresores de Porsche han incorporado novedades como el "intercooler" (refrigeración interna), el doble turbo o el sistema VarioCam, de distribución variable.
Con estas mejoras Porsche ha conseguido aumentar la potencia y capacidad de aceleración de sus modelos, así como reducir las emisiones de gases y el consumo de carburante.
Madrid, 14 nov (EFE).- Porsche desarrolla el primer turbocompresor de geometría variable (VTG) para motor de gasolina, un paso más en desarrollo de esta tecnología en Porsche, desde que en 1974, la firma presentara en el Salón de París el Porsche 911 Turbo.
La firma de Stuttgart ha conseguido resolver, en colaboración con la compañía Borg Warner Turbo Systems, los problemas de resistencia a las elevadas temperaturas que se presentan en los motores de gasolina, con el uso de materiales procedentes de la tecnología aeronáutica.
El sistema VTG se caracteriza por la utilización de un plato en el que van montados unas palas móviles que pueden ser orientados a un ángulo determinado mediante un mecanismo de palancas.
La turbo alimentación, que aprovecha la salida de gases de escape para incrementar la potencia, lo patentó hace cien años, el 16 de noviembre de 1905, un ingeniero suizo llamado Alfred Büchi, y la primera aplicación se hizo en grandes motores de barcos.
En un principio, Porsche estudió utilizar un turbocompresor para potenciar el motor en un Gran Turismo (GT), que se derivase de los modelos de competición.
Finalmente, en 1974, la firma presentó el Porsche 911 Turbo, su primera gran serie de automóviles que contaba con un turbocompresor para potenciar el motor.
Aquella primera serie del 911 Turbo tenía un motor de 3.0 litros que alcanzaba una velocidad punta de 250 kilómetros por hora (Km/h), y disponía de unos discos de freno auto-ventilados y pinzas de aluminio para dominar la frenada, derivado del Porsche Carrera RS 3.0.
Desde entonces se han presentado diversas versiones del 911 Turbo, que en tres décadas ha ganado 450 kilogramos, ha aumentado su velocidad punta en más de 50 kilómetros por hora, y prácticamente ha doblado su potencia.
En estos años, los turbocompresores de Porsche han incorporado novedades como el "intercooler" (refrigeración interna), el doble turbo o el sistema VarioCam, de distribución variable.
Con estas mejoras Porsche ha conseguido aumentar la potencia y capacidad de aceleración de sus modelos, así como reducir las emisiones de gases y el consumo de carburante.