Clarin Buenos Aires Argentina
PRUEBA DE MANEJO: PORSCHE CAYMAN S
El nacimiento de una nueva raza
Es el tercer deportivo de la marca, posicionado entre el Boxster y el 911. Otro pura sangre con destino de clásico.
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Gastón Leturia. EN SAN FELICE, ITALIA
Para cubrir un casillero más en su exclusiva variedad de vehículos deportivos, Porsche lanzó el Cayman S, un producto absolutamente nuevo que se posiciona, por diseño, precio y prestaciones de su motor, entre el Boxster S y el 911 Carrera. Presentada en el último Salón de Francfort, esta cupé biplaza va directamente a la conquista de un nuevo grupo de amantes exclusivos, un objetivo ya alcanzado por el histórico 911.
Clarín Autos experimentó este fin de semana pasado la prueba de manejo que la marca alemana ofreció en San Felice, cerquita de Siena, en la región Toscana de Italia, con Firenze como capital y gran atractivo turístico.
Allí, en un paisaje similar al de Mendoza y con caminos sinuosos que unen poblados y viñedos, se pudo chequear que el Cayman va como esos autitos de juguete que uno llevaba como quería por una pista imaginaria y con el control total de la palma de una mano. A buena velocidad, con excelente reacción para acelerar y frenar, ofrece una agilidad espectacular para el manejo deportivo. "Te perdona siempre", fue una de las frases que mejor sintetizó la respuesta dinámica de esta cupé frente a posibles errores de manejo o abusos de su potencia. El chasis y los controles electrónicos son clave en esta cuestión.
Aunque se trate de un nuevo modelo, es inconfundiblemente Porsche y en su concepción se encuentra un 20% de componentes nuevos, mientras el resto se divide en un 51% que proviene del Carrera y el otro 29% del Boxster. De este último, por ejemplo, posee la base técnica: motor bóxer de posición central trasera de 6 cilindros, 3,4 litros (el del Boxster es 3,2) y 295 CV. En el formato bóxer, los cilindros están colocados horizontalmente y opuestos entre sí (3 de cada lado) en vez de ir en línea o en V. Otro detalle: es el primer 6 cilindros bóxer con distribución variable VarioCam Plus que Porsche coloca fuera de un 911, del que también adoptó las culatas. Para ir más al extremo, Porsche ofrece el paquete Sport Chrono. Se trata de un software que permite ajustar más deportivamente distintos elementos del auto: motor, frenos y suspensiones, entre otros.
Tracción trasera y transmisión manual de seis velocidades (elegida para la prueba) o automática Triptronic S de cinco marchas. Los cambios se encuentran en recorridos bien cortos y muy precisos, prácticamente evitan que el motor baje algunas vueltas cuando se pasan las marchas. El tren de rodaje también es una evolución del que lleva al Boxster, aunque con una adaptación más deportiva de las suspensiones. Como opcional, ofrece un sistema de amortiguación variable (PASM), que baja 10 mm más las suspensiones. Los frenos también son un mix de los que usan el 911 Carrera y el Boxster, además de disponer (opcional) del sistema de frenos cerámicos PCCB, que se enfrían más rápido y por eso ofrecen una mejor respuesta. En seguridad, posee cinturones de tres anclajes con pretensores y limitadores de fuerza, airbags frontales y de cortina, además del sistema de protección de impactos laterales.
Zumba el motor detrás de las butacas. El interior puede ser todo o parcialmente de cuero (negro o bordó) o con inserciones de madera, carbono o aluminio, se percibe un altísimo nivel de terminación. Se logra la mejor posición de manejo, o para ir de acompañante, gracias a la regulación eléctrica de las butacas. Posee dos espacios para guardar equipaje, uno posterior con portón de acero y otro en la parte delantera, que en total suman 410 litros de capacidad.
Por fuera, en cuanto a diseño, líneas suaves y redondeadas. En la trompa agrega faros antiniebla integrados al spoiler, sobre los laterales unas tomas de aire de dos láminas verticales (el Boxster tiene cuatro láminas y horizontales) detrás de las puertas y un alerón de regulación eléctrica.
